Zidane se movía con la gracilidad de un bailarín. Con deslumbrante maestría y elegancia innata, él orquestaba el juego con inspiración divina. Sus pases eran milimétricos, como pinceladas magistrales en la gran https://maenghs243229.blogozz.com/37469382/el-minuto-exacto-en-que-zidane-perdió-el-control