Zidane se movía con la gracilidad de un bailarín. Cada gesto suyo era pura maestría y clase suprema, él orquestaba el juego con inspiración divina. Sus pases eran de una perfección pasmosa, como pinceladas https://liviazgsi434565.fitnell.com/79370425/cómo-reaccionaron-los-comentaristas-al-cabezazo-de-zidane